¡Buenas tardes!
En estos tiempos sería complicado encontrar a algún estudiante de Psicología -o cualquier otra carrera universitaria- al que su formación durante la licenciatura o grado no le resultara insuficiente. La enseñanza se centra en ofrecer conocimientos de biología, estadística, postulados, reglas, e historia de los mismos que aunque nutren de información al futuro psicólogo resultan obsoletos en el desarrollo de la profesión.
En esta entrada por tanto, nos proponemos reflexionar sobre la importancia de la formación del psicólogo, y la posterior relevancia que esta pudiera tener en el desarrollo de su vida profesional, y para ello lanzamos las siguientes preguntas:
¿Qué tipo de formación se puede estudiar tras finalizar la licenciatura o grado de Psicología?
¿Basta simplemente con
una formación de tipo teórica? ¿O se debe buscar una formación que permita adquirir
experiencia práctica?
¿Incluyen actualmente
los diversos cursos o másters que se ofertan en el mercado, sea cual sea su
ámbito de intervención, la posibilidad de llevar a cabo prácticas reales?
En la actualidad, los estudiantes de
Psicología que terminan la licenciatura (o el actual grado),
tienen la posibilidad, entre otras, de presentarse a las pruebas para acceder a
una plaza como Psicólogo Interno Residente
(PIR) o a cualquier otro tipo de oposiciones. Otros, sin embargo, optan por realizar un curso de experto, un máster (oficial o propio), u otros tipos de cursos relacionados con
alguna área específica: Intervención Comunitaria, Neuropsicología, Psicología
Clínica, Psicología de la Salud, etcétera con la finalidad de especializarse en ese
ámbito en el que están interesados. No obstante, nos planteamos la siguiente pregunta:
¿Están capacitados o se sienten capaces de desempeñar
adecuadamente ese puesto de trabajo para el cual se han formado?
Son muchos los
que actualmente buscan complementar dicha formación con la realización de prácticas
externas, y es que según nos cuentan compañeros, o colegas de profesión la formación adquirida en un curso o master les resulta insfuciente pues aunque se les dota de conocimientos teóricos, el desarrollo de los mismos en su parte práctica queda relegado a un último puesto, con lo cual estos nuevos profesionales se sienten faltos de recursos para afrontar las situaciones de su entorno general con todo lo que ello podría generarles.
En el caso que nos toca de más cerca "la Psicología Clínica":
¿Basta sólo con una formación específica en Terapia, sea cual
sea el enfoque en el que se basen?
Pensamos que como en el caso anterior, el futuro terapeuta debiera llevar a cabo un
trabajo previo personal que le permita conocerse a sí mismo, para poder así
posteriormente guiar de una forma adecuada a sus futuros pacientes, y es que:
¿Cómo vamos a enseñar un camino que previamente no hemos andado?
Hasta aquí esta entrada les esperamos en la próxima.
Marta Ramos -Psicóloga y responsable de formación del equipo Corpus Mente Sevilla-