Buenas,
Imagina que estás enfermo. Decides ir al médico a ver qué ocurre. Este determina que debe hacerte pruebas, y por tanto realiza una radiografía. En esta se ven los pulmones y una mancha en los mismos.
Buenas,
Imagina que estás enfermo. Decides ir al médico a ver qué ocurre. Este determina que debe hacerte pruebas, y por tanto realiza una radiografía. En esta se ven los pulmones y una mancha en los mismos.
Buenas,
¿Quién no se ha hecho la pregunta que da título a esta entrada alguna vez en su vida?
Dependiendo del punto en el que te encuentres dirás una u otra cosa:
Estabilidad.
No tener preocupaciones.
Dinero.
Encontrar el amor o formar una familia, etc.
O quizás algunas un poco más profundas o espirituales:
Encontrarse a uno mismo.
Saber porqué he venido a este mundo, etc.
Si bien es cierto, que aunque pudiera haber numerosos motivos, como decía, algunos más espirituales y otros más materiales, todos coincidiran en lo mismo: Vida = Felicidad.Si sé quien soy seré más feliz, si tengo más dinero seré más feliz (por citar dos ejemplos que pueden resultar aparentemente opuestos).
No obstante, antes de poder responder a esta pregunta, te lanzaría otra:
¿Estás vivo?
Sí, responderás, sin vacilar un segundo. "El corazón me late", podrás esbozar.
Sin embargo, si estás vivo:
¿Sabes por qué vives lo que tienes que vivir?
¿Por qué te molestan las situaciones?
¿Sabes que ese malestar no tiene nada que ver con la situación que vives, ni con cómo te la tomas?
Posiblemente no sepas responder a estas preguntas, y aún así has creído que has estado vivo. Vivo ¿por qué? ¿Porque el corazón latía?
Utilicemos por tanto esta metáfora. Cuando te vas a la cama ¿estás en esta realidad, o estás en la realidad del sueño? Cuando tocas a la almohada quizás en el sueño estes tocando el brazo de alguien, o incluso a un caballo. Pero la realidad es que no es más que una almohada.
Para vivir es necesario despertar del sueño en el que te encuentras inmerso y así poder ver la realidad que se muestra ante tí, sólo así podrás empezar a vivir.
"Lo importante no es saber si hay vida después de la muerte, lo importante es si has vivido el tiempo que has estado en la tierra".
Buenas,
Quizás rara vez te planteaste ir más allá de ello, porque... "¿quién soy yo para cuestionar nada?" podrías haber pensado. Finalmente, te relegas a ser un mero transcriptor de información, que no se implica de forma activa en lo que hace.
El proceso de evaluación, como bien sabes, se compone de varias fases, pero, ¿qué tienes TÚ que aportar en cada una de ella como parte activa?
Con objeto de tratar este aspecto, así como las diferentes fases del proceso de evaluación, os invitamos al próximo seminario que tendrá lugar el día 6 de noviembre de 2021 a las 10:30h.
Buenas,
¿Bueno o malo, correcto o incorrecto, bien o mal? Opuestos.
¿Hablar o callar? ¿hacer o no hacer? ¿enfrentar o huir? Opuestos.
¿Seguir con la relación o dejarla? ¿Seguir con el trabajo o abandonarlo? ¿Seguir a la mayoría o guiarme por lo que pienso? Opuestos.
Gordo o flaco, alto o bajo, guapo o feo. Opuestos.
Opuestos que te hacen tener una falsa sensación de control, de seguridad y que, consecuentemente, crees que te aportan esa tranquilidad que tanto necesitas.Opuestos que en última instancia reduces a "buenas" o "malas" decisiones. Si lo hago bien no sufriré, piensas. Si por el contrario lo hago mal, seguiré pasando dolor, y por tanto, nunca saldré de dónde estoy, determinas.
Opuestos que te limitan, te encasillan, te nublan y no te dejan vivir.
Y mientras tanto tu atención sigue fija en esos opuestos. Y mientras tanto los días, las semanas, los meses, y los años pasan. Y mientras tanto, sobrevives oscilando de un polo al otro, intentando por todos los medios permanecer en el que consideras positivo el mayor tiempo posible.
Y ahí sigues, sin darte cuenta de que lo importante no es qué hacer, sino el descubrir la base que se esconde detrás de tus pensamientos, para posteriormente simplemente vivir lo elegido. Sin condiciones, sin restricciones, sin coacciones. Es en ese fluir, en ese aceptar, dónde empiezas a vivir el aquí y el ahora. Es ahí donde la ilusión de los polos empieza a desvanecerse, es ahí donde comienzas a salir de la dualidad, es ahí donde empiezas a ver atisbos de lo que significa dejar de sobrevivir.
-Corpus Mente-
Buenas,
Buenas,
Buenas,
Buenas tardes,
El hombre metido en su propia cárcel trata de huir. No es consciente de que está preso, ni que continúamente trata de escapar. No obstante, a veces se da cuenta de que está atrapado, que siempre es lo mismo. A pesar de ello, sigue enfocado en el mundo exterior, y por tanto no es conciente ni de la realidad interna que tiene, ni del exterior en el cual se encuentra.
La salida de su encierro es hacia dentro. Debe desenfocar la mirada de ese mundo exterior y volverla hacia sí mismo, regresando para ello a sus profundidades. Así, se realizará un proceso que no es más que la transición entre ese camino exterior e interior, para finalmente recorrer ese camino interno.Lejos de todo ello el hombre sólo busca el paraíso perdido, a través de cambios ficticios que le impiden llegar a ser. La búsqueda de lo que se cree que es, y su posterior liberación, se suele realizar enfocada en un camino exterior, ya sea de forma material o espiritual, siendo esta última la mayor de las trampas.
-Equipo Corpus Mente-
Buenas tardes,
Antes de realizar un proceso interno tienes que ubicarte. El proceso se realiza dentro de un camino, no hay proceso fuera del mismo.
Lo que está en el exterior correspondería a una preparación que te llevaría más tarde a caminar dicho camino. Muy pocas personas lo hacen. La mayoría no recorre nada, simplemente sobreviven, deambulan en el laberinto de sus vidas.Hay otra parte que cree realizar el camino. No obstante, ello no es más que la huida de una realidad de si mismos que no soportan. Realidad que se refleja constantemente en sus vidas y que no ven porque están dormidos.
Muy pocas personas pues, recorren ese camino. Haciendo en él el correspondiente proceso.
Buenas,
Más allá de los libros de medicina, más alla de las investigaciones, más allá de lo verbalizado por los expertos, más allá de...
El médico sólo se dedica al cuerpo por eso su conocimiento es reducido y se encuentra muy limitado frente a ciertas enfermedades que él considera crónicas, incurables o mortales. En vez de cuestionar la exitencia de tales conceptos, se queda en la realidad física (el cuerpo).
Su actuación en la mayoria de los casos se limita a la aplicación de protocolos aprendidos en libros, lo cual le hace discurrir por un camino superficial en el afrontamiento de la enfermedad.El médico debería fijarse más en el paciente, observarlo, y caminar con él en su proceso. De esta forma aprendería mediante la observación. Repararía en cuestiones que no están recogidas en los libros de medicina, para así poder realizar un abordaje profundo de la enfermedad. Así entendería las verdaderas causas de la misma, y concluiría que esta no es más que un síntoma de algo mucho más profundo. No obstante la realidad es que el médico no tiene tiempo para esta ardua tarea, lo cual lo convierte en un licenciado en medicina.
La tarea del médico no es dedicarse sólo al cuerpo, es mucho más que todo eso, porque el cuerpo funciona como un todo, y no como partes inconexas.
-Equipo Corpus Mente-
Buenas,
Buenas,
Constantemente o con cierta asiduidad, te quejas de determinadas situaciones o de la vida en general. Quieres que esa/s situación/es desaparezca/n. Sin embargo, ahí sigues, impasible, sin cambiar, sin hacer nada, sin moverte del punto en el que te encuentras. Consumiendo el tiempo que te queda ideando, soñando, o deambulando, a fin de cuentas vegetando, fantaseando con lo que pudo haber sido y no fue. Y ¿sabes qué ocurre? Las horas, los días, los meses, ¡los años! Pasan. ¿Y sabes qué ocurre? Que todo sigue igual.
¡Claro! Esperas que eso que te incomoda, o te atormenta cese por arte de magia. Te sientas a verlas pasar. Incluso intentas autoconvencerte con mentiras y engaños, que te sirven como excusas para agarrarte a lo más ínfimo, y continuar sin hacer nada. En esos momentos, puedes llegar a pensar que esa situación/es no es/son tan mala/s, lo cual te conduce a irte adaptando poco a poco a ese malestar. Obvias, pasando entonces por alto que esa situación te incordia, molesta, y/o consume y, consecuentemente, sigues distorsionando la realidad, creyéndote que esa es la vida, y que así debes vivir. Así que ahí sigues, sin hacer nada.¿Sabes qué pasa? La realidad resulta aplastante. En el fondo, muy en el fondo de tu corazón, sabes que no quieres eso. Sabes lo que tienes y quieres hacer. Sin embargo, crees que el miedo que sientes frente al cambio, frente a eso nuevo y lo desconocido (¿existe? pulsa aquí para saber más) te paraliza.
No te das o no quieres darte cuenta que las cosas no se piden, se hacen, ¡claro! Hacerlas entraña un riesgo que no estás dispuest@ asumir, lo cual te hace seguir en esa "rueda" de ratón. Congruentemente sigues quejándote de la vida, del destino, o de... sin ver que el únic@ responsable de ello eres TÚ.
Párate, observa, discierne, actúa y responsabilízate de tu vida.
No pidas querer o que te dejen vivir. ¡VIVE! ¡No pidas, HAZ! ¡Atrévete!
Vivir depende de ti, no lo olvides nunca.
-Equipo Corpus Mente-