miércoles, 17 de septiembre de 2025

La respuesta

No debes buscar la respuesta real. Esta no se encuentra en promesas externas, ni en los logros que tratas de perseguir para sentirte completo. Esa respuesta solo surge cuando te atreves a mirar dentro de ti. 

Antes de acercarte a la respuesta, hay un territorio inevitable que debes atravesar: la sombra. Ese lugar interno donde tus certezas se desmoronan y las ilusiones que sostenían tu vida se quiebran. Es ahí donde lo conocido deja de tener fuerza, donde lo que te parecía estable ahora se convierte en arenas movedizas. 

Sé que te inquieta perder el suelo bajo el que crees que se apoyan tus pies, sé que tienes miedo de que lo que crees que eres se derrumbe. No obstante, debes tomar ese momento como lo que es; una puerta que se abre ante ti. Puede que sientas ese tránsito como una noche oscura del alma, un estado en el que el dolor parece interminable. Sin embargo, es precisamente en la oscuridad donde la vida germina. 

La semilla no nace bajo el sol, sino enterrada en la tierra, en lo oculto, en un proceso invisible a los ojos. Solo después de ese tiempo de maduración en la sombra brota hacia la claridad. Así ocurre también contigo. Cuando todo parece apagado, lo que sucede, en realidad es que algo nuevo está naciendo. 

La muerte es el inicio de un renacer, y por tanto, resulta imprescindible. Como toda muerte, viene acompañada de dolor, pero no es la muerte la que te lo provoca, sino el resistirte a soltar lo que debes dejar se vaya, lo que ya caducó, y por tanto no tiene ya lugar en ti. Rema a tu favor, y no en tu contra, pues ello sólo prolongará tú dolor.

"La respuesta no puede ser dada, debe ser vivida". 

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