Buenas tardes,
En esta ocasión queremos responder a la pregunta que da título a esta nueva entrada. Para ello consideramos que debemos acudir a su etimología.
PSICOLOGÍA:
Del griego clásico ψυχή, psykhé, "psique"/"alma", y λογία, logía, «tratado» o «estudio». Con lo cual, la Psicología debería centrar su objeto de análisis y acción en el estudio del alma. No obstante, y aunque esta definición sigue vigente hoy en día, parece ser que se han desplazado los puntos de miras, centralizando así ese objeto de estudio y acción en la parte final de un complejo proceso: Sentimientos/ emociones / conducta dejando en un segundo plano -o directamente eliminando de la ecuación- ese "alma", esa base de la que todo emana.
¿De qué nos sirve entonces eliminar, controlar, erradicar comportamientos, si no comprendemos la base profunda de las mismos? ¿Si no somos conscientes de que ni tan siquiera existe esa base?
Es en este punto es cuando explicamos a nuestr@s pacientes lo siguiente:
Los síntomas simplemente "avisan" de que algo está sucediendo en nuestro interior, y que en menor o mayor medida podría producir en nuestra persona un desajuste, y dar lugar a la enfermedad, o bien, generar una alteración de nuestro estado de bienestar físico, mental, y social.
¿Es incorrecto centrar nuestras actuaciones en esas conductas?
Desde luego que no. No obstante, sí que resulta insuficiente, ya que si no acudimos a la base de esa sintomatología, si no tomamos en cuenta esos "avisos", de nada nos servirá controlarlos o eliminarlos pues más tarde o temprano volverán a aparecer. A pesar de ello, aún cuesta entender que la conducta es la parte final, la parte superficial de un complejo proceso. No obstante se le atribuye un exceso de importancia, pues es de lo que más consciente somos, "es lo primero que vemos".
Desde luego que no. No obstante, sí que resulta insuficiente, ya que si no acudimos a la base de esa sintomatología, si no tomamos en cuenta esos "avisos", de nada nos servirá controlarlos o eliminarlos pues más tarde o temprano volverán a aparecer. A pesar de ello, aún cuesta entender que la conducta es la parte final, la parte superficial de un complejo proceso. No obstante se le atribuye un exceso de importancia, pues es de lo que más consciente somos, "es lo primero que vemos".
Podremos destruir esa zona vista. No obstante, si la zona que no vemos, sigue ahí, debajo del agua, con el paso del tiempo se volverá a formar esa montaña. Sin embargo, si la base cae, no volverá a salir nada, pues como hemos dicho, ya no tenemos base.
¿Nos hemos planteado entonces ir un paso más allá en nuestro proceso terapéutico?
Hasta aquí está entrada, nos vemos en la próxima.
-Equipo Corpus Mente Sevilla-
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