Según la RAE el concepto empatía alude a la "capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos".
Si nos centramos en la definición de empatía desde un prisma psicológico encontramos que de forma general, se recogen una serie de características que hacen referencia a la intencionalidad por parte de la persona de comprender los sentimientos y emociones de sus semejantes de forma racional y objetiva. Lo cual le permite sentir el dolor o el sufrimiento de los demás, despertando ello el deseo de ayuda. Por tanto, la persona "empática" se caracteriza por presentar afinidades e identificarse con el prójimo. Es decir, muestra capacidades para "ponerse en la piel del otro".
Para trabajar la empatía a nivel práctico, existen numerosos cursos, talleres y métodos que enseñan a la persona a ser más empáticos, trabajando sus habilidades sociales para ello.
¿Ayudas siendo empático? ¿Debes trabajar y desarrollar la empatía?
La piedra angular del concepto "empatía" reside en ese "ponerse en el lugar del otro".
Si te sitúas en el lugar de la persona a la que pretendes ayudar, dejando que sus emociones y/o sentimientos te influyan, lo que estás haciendo es identificándote, y si esto ocurre no estás viendo al otro, sino a ti mismo.
En tu mente la persona a la que pretendes ayudar deja de existir, y eres tú el que ocupa ese lugar. Con lo cual no estás aconsejando a tu semejante sino a ti mismo. Por tanto aquello que digas o hagas no será tomando en cuenta sus verdaderas necesidades, sino las tuyas. Por más que quieras no podrás escuchar, por más que quieras no podrás ver, porque entre él y tú se interpondrá esa identificación.
Entonces... si lo que le dices que piense, sienta o haga es lo que te hubiera gustado pensar, sentir y hacer, ¿es esto una verdadera ayuda? ¿Cómo vas a ayudar al semejante si su situación te afecta emocionalmente?
Para que exista una ayuda real, debes contar con un conocimiento de tu propio ser. De lo contrario te estás comportando como un ciego que pretende guiar a otro ciego para que ambos finalmente acabéis en el precipicio.
Pretender por tanto ayudar a alguien desde la "empatía" es como tirarte al pozo de barro en el que la persona a la que pretendes ayudar se encuentra. Ambos acabaréis embadurnados de barro y no podréis salir del pozo. Os caeréis una y otra vez. De tal forma, la verdadera ayuda consiste fundamentalmente en no identificarte.
"Él es él, tú eres tú. Tú no eres él"
"Él tiene sus problemas y tú los tuyos, sus problemas no son tuyos"
Debes entonces saber vislumbrar que las necesidades de la persona a la que pretendes ayudar, no son las tuyas, y por tanto no puedes dejarte llevar por la reacción emocional que esta pudiera producir en tu persona, pues ello entorpecería el proceso de ayuda. Simplemente debes escuchar lo que la otra parte te cuenta, para posteriormente permanecer a su lado. No dictaminando qué vía debe escoger, pues entonces no estarás ayudando, simplemente te estarás entrometiendo en su vida, en aquello que tiene que experimentar.
"Aconsejar es fácil, ayudar divino"
-Equipo Corpus Mente Sevilla-
