Cerrábamos nuestra última entrada el elefante encadenado con la siguiente pregunta.
¿Realmente somos conscientes de cómo nos condicionan los diferentes acontecimientos que vivimos, y cómo estos limitan las decisiones que tomamos en nuestra vida?
Antes de responder a esta pregunta, en esta primera parte, y como siempre hacemos, nos gustaría empezar por el principio, y para ello, nada mejor que hacer una breve reseña a eso que hemos llamado "condicionamiento".
El condicionamiento -clásico- no es más que la asociación de dos estímulos que en principio no presentan relación alguna entre ellos. De forma más específica consiste en la unión de un estímulo que produce una reacción innata o involuntaria en la persona, o animal (estímulo incondicionado), con uno que no genera ninguna reacción (estímulo neutro). La repetición de dicha asociación en el tiempo, hará que ambos estímulos queden asociados o condicionados. Por está razón la persona o el animal, responderán de la misma forma que lo harían ante el estímulo incondicionado cuando el estímulo neutro se presente.
El archiconocido ejemplo de Pavlov y sus perros puede servirnos para explicar lo anterior.
- El alimento en la boca del perro hace que este salive. La salivación por tanto es el estímulo incondicionado.
- El estímulo a condicionar es el sonido de una campana, por tanto, este se corresponde con el estímulo neutro. Es decír, cada vez que se le presenta a los animales la comida, antes se toca una campana.
- Tras varios ensayos, los perros aprenden a salivar al oír el sonido de la campana, pues este, recuerda al alimento.
Un ejemplo de la vida cotidiana.
Un ejemplo de la vida cotidiana.
Imaginemos que tenemos una fuerte discusión con nuestra pareja que nos hace romper con él/ella. Él/ella utiliza "x" perfume. Al cabo de los días, semanas, o meses, volvemos a oler ese inconfundible olor, que por una extraña razón nos hace llorar. Tal vez, en un primer momento, no sepamos porqué nos sentimos así, pero quizás si nos paramos a pensar, nuestra memoria pueda facilitar ese recuerdo, y ayudarnos a vislumbrar que sin darnos cuenta hemos asociado ese olor a las situaciones doloras que vivimos con esa persona.
Los ejemplos anteriores, nos sirven para ilustrar el condicionamiento por repetición. No obstante, también se puede desarrollar si la intensidad del estímulo es lo suficiente fuerte.
Por ejemplo, un robo, un accidente, etc...
Por otra parte, y para un conocimiento más extenso del tema, deberíamos incluir en nuestra explicación otro tipo de condicionamiento denominado como "operante", que se refiere a cómo una persona o animal, opera frente a un determinado estímulo.
Por ejemplo.
Si un emplead@ rinde X será recompensado con X
Si un niñ@ come sin lavarse las manos, será castigado.
Si no apruebo, me quitarán la beca.
Por tanto, el aprendizaje está basado en las consecuencias que las acciones de la persona reportan para si, más que en raciocinio del porqué hacemos una determinada conducta.
Una vez realizada la pertinente introducción teórica, dejamos para una segunda parte, la contestación a la pregunta que formulábamos al principio.
Esperamos que mientras tanto reflexionéis.
¡Hasta la próxima!
-Equipo Corpus Mente Sevilla-
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