Buenas tardes,
Ante las crisis el ser humano huye. Se niega a dirigir su mirada hacia el interior. No sitúa la inquietud y desasosiego dentro de sí mismo, sino que lleno de impaciencia lo localiza en el exterior, en los otros, y en todo lo externo que debe ser cambiado.

Y no se debe creer que para encontrarse se debe uno de aferrar a prácticas religiosas, que se dedican por completo a ejercicio y prácticas externas -o internas-, y obran como uno que debiendo ir a Roma marcha dirección a Holanda. Cuánto más camina tanto más desviado está...
No queremos dejar de recalcar que la reacción de huida es absolutamente comprensible. No obstante, son muy muy muy pocas las personas que comprenden la función de estas crisis en sus vidas.
Pequeña adaptación "la mitad de la vida como tarea espiritual".
-Equipo Corpus Mente Sevilla-
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