No hay un destino final. Siempre es un "ir hacia".
Simplemente el peregrinaje, simplemente el viaje en si mismo, es vida,
sin llegar a un cierto punto, sin meta;
simplemente danzar y estar en el peregrinaje,
moverse alegremente, sin preocuparse por el destino".
-Osho-
-Equipo Corpus Mente Sevilla-
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