martes, 14 de febrero de 2023

Perdido

Buenas,

El viento sopla y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene, ni a dónde va. Eso pasa contigo. Notas en ti todas las consecuencias de donde estás, y de lo que te pasa, pero no tienes idea de su verdadera causa. No sabes de dónde viene, ni tampoco a dónde te llevará todo ello. Intentas buscar, pero no lo haces dónde debes.

Hablas de lo que sabes. No obstante, la mayoría de las veces eso que sabes es simplemente información adquirida en lo que has leído, u oído. En lo que crees que te han enseñado. Entonces, cuando hablas ¿qué estás diciendo realmente? ¿qué es lo que estás viendo si ni siquiera sabes de lo que hablas? ¿qué testimonio puedes dar de lo que ves?

Cuando aparece lo que verdaderamente te ayudará a dar luz a tu vida, huyes con mil excusas ¿por qué? ¿quizás sientes que esa información pondrá patas arriba toda tu vida y a ti mismo?

No olvides que eso es necesario. No se puede construir sobre cimientos inapropiados porque dicha construcción perecerá con el tiempo. Tampoco se puede construir sobre aquello que ha de caer. El miedo que padeces te hace tambalearte, sin darte cuenta que llevas mucho tiempo en el limbo. Por ello, buscas donde no es, te aferras a lo que no es, y ahí sigues sin encontrar la luz.

Sabes a dónde tienes que acudir, pero el miedo te ha invadido. ¿Piensas que si no vas a dónde tienes que ir te librarás de algo? No. Eso simplemente te hará ir a peor. Porque sólo donde puedas encontrar la luz, se manifestará la verdad. Es ahí, donde dejarás de estar perdido dando vueltas y más vueltas.

Recuerda que la luz jamás te hará daño. Esta te liberará, disipando en ti la oscuridad. No tienes que tener miedo en dar ese paso, e ir al lugar donde encontrarás la razón de todo.

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